domingo, 23 de julio de 2017

Mararía

Qué delicia leer Mararía. Rafael Arozarena hace una exposición de fotos de este personaje: la retrata de frente, de lado, boca arriba, boca abajo, sola, acompañada... y no solo la retrata él, la retratan los personajes de la novela, cada uno con sus miopías, sus filtros, su vista cansada...

Mararía

Y todo ocurre en Lanzarote, esa isla encantada llena de energía. 

Argumento:

<< Un viajero, del que no se conoce mucho, se traslada al pueblo de Femés en Lanzarote. Allí se ve interesado por una anciana que pasea entre las sombras de la noche y a la que todos ven como una bruja. Su interés es alimentado por las historias que consigue escuchar de los habitantes del pueblo, que en un pasado, todos, habían caído en sus redes. 

Aquella anciana en un tiempo pasado, había sido una hermosa joven que enamoraba a todo mozo del pueblo, pero ella no se interesaba por ninguno, sólo por aquellos que la pudieran alejar de aquella cárcel en la que se sentía atrapada, pero su amor siempre acababa en un desengaño: desde la muerte de su prometido a la existencia de otra mujer en la vida del nuevo compañero o la muerte de su propio hijo, fruto de una relación. Todos los del pueblo le echaban la culpa a ella de lo que sufrían ahora, de haberla querido y haber incluso matado por ella, ahora no es más que una vieja que pasea en la oscuridad soportando los ladridos de los perros y comentarios de la gente que la ve pasar. >>

Publicada en 1973 es de estas novelas que no pasan de moda, en las que te das cuenta de que la condición humana no cambia, que seguimos siendo los mismos miserables.