Estamos llegando a la casa sobre las 23h y aquí están Rebeca, Socio (un perro de aguas precioso que llama la atención), Tata (una perra de aspecto fiero) y un cachorrín graciocísimo al que llaman Calcetas.
Rebeca es dulce, simpática, fuerte y tierna a la vez. Morena de pelo largo. Reparto los regalos y sacamos unas cervezas y el queso para celebrar mi llegada. Me dicen que son de Santander ¡qué casualidad! les digo que mi profesora de flamenco de Tenerife es de Santander, fue bailarina del ballet de Antonio Gades y me dice Rebeca ¡Yolanda! y le digo ¡siiiiiiiii! qué bueno ¡el mundo es un pañuelo! Nos quedamos hablando de ésto y lo otro y lo de más allá y nos dan las 3am (yo hace más de 24h que no duermo pero estoy tan a gusto que me da igual)
Mañana se van a ir a trabajar y me dejan en casa, tengo wifi y me dicen que si quiero puedo llevarme a Socio de paseo por la playa, que es un perro muy educado y que me va a hacer caso todo el rato. A Tata me la han presentado oficialmente y le han dicho que soy de la familia, parece que lo ha entendido y yo, que me encantan los animales, empiezo ya a establecer una buena relación con toda la tropa. Se respira paz y respeto en la casa. También hay un par de gatos, uno un poco más sociable, el otro muy miedoso. Me dicen que tienen también 3 tortugas, que ya me las irán presentando, y gallinas, y que hay una familia de monos que pasa de vez en cuando a visitarlos. La casa, de dos plantas, tiene un jardín en la parte de delante y un terreno bastante grande en la parte de atrás, donde está el gallinero. La rodea un porche y me dicen dónde está la hamaca para mecerme si me apetece mañana. Entre unos temas y otros sale el tema de MOVEMBER, yo no había oido hablar de eso jamás.
MOVEMBER (contracción en inglés de Moustache bigote y November noviembre) es un evento anual en el que los varones dejan crecer su bigote durante el mes de noviembre y se organizan encuentros con la intención de concienciar sobre temas de salud del hombre tales como cáncer de próstata, cáncer de testículo, depresión masculina y similares y recaudar dinero para ayudar en cada país a una o más instituciones dedicadas a luchar contra dichos problemas de la salud masculina. +info.
Pues Jaime me cuenta que fue uno de los pioneros del movimiento, que nosotras las mujeres somos más reivindicativas, y nos preocupamos más de nuestros temas de salud y luchamos y no nos da vergüenza decir que nos duele ésto o lo otro pero que ellos son más de: no me pasa nada..
—Pero papá ¿viste sangre en tu orina? ¿desde cuándo?
—No, no es nada, ya hace un tiempo
—Pero un tiempo ¿cuánto?
—Bueno, como un año
—¡un año! y ¿no dices nada? ¿y solo en la orina?
—Bueno, a veces cuando hago caca...
Así que un grupo de amigos, con conversaciones con sus padres y/o amigos parecidas a éstas, se empieza a preocupar y deciden realizar eventos anuales para recaudar dinero para investigación en enfermedades masculinas, y para darse a conocer y llamar la atención ¡qué mejor que un bigote! y se crea MOVEMBER así que si en noviembre ves más bigotudos de la cuenta... ya sabes por qué es. Si quieres participar en alguno de los eventos aquí tienes la info.
Duermo en una cama con mosquitera, aún así me rocío con mi spray antimosquitos marca GOIBI XTREM comprado en España y que tan buenos resultados me da (parece un anuncio pero es que por el momento es el único que logra mantenerlos a raya).
Por la mañana coincido con Rebeca y Jaime antes de irse y me dicen cómo dar de comer a 'Calcetas', sacamos las gallinas y me explican cómo volverlas a meter, me dejan una bolsita con grano para 'engañarlas' y que vuelvan todas. Me quedo sola con el wifi, desayuno, trabajo un ratito, me tumbo en la hamaca, juego con los perros y de pronto oigo un alboroto ¡las puñeteras gallinas han abierto la bolsa con el grano y se lo están zampando! ¡se acabó! PITAS PITAS ¡al gallinero por listas!
La casa a la luz del día se ve luminosa, de techos altos, encalada y con puertas y ventanas de madera, y unas vidrieras de colores que la alegran, suelo rústico y mucha paz.
—¡Socio, nos vamos de paseo! Y a Socio le entra una emoción que te derrites solo de ver lo contento que se pone.
Tata sabe que se queda, la responsabilidad de cuidar de la casa recae sobre sus lomos y ella nos mira muy digna y se da media vuelta.
Salimos andando por el camino de tierra hacia la carretera general. Aquí Socio se para a esperar mi señal ¡pero qué bien educado está! Miro a un lado, miro al otro ¡Vamos Socio! y cruzamos hacia el lado del mar. Un burro atado a una cabina de teléfono en la entrada de la urbanización que tenemos que atravesar para llegar a la playa. La cabina me hace mucha gracia, parece un secador de pelo de peluquería o una silla de diseño puesta al revés, me recuerda a la estética de la película 'La naranja mecánica' (las conexiones que hace la mente...)
ESPECTACULAR la playa, no hay nadie. Socio se va corriendo al agua, me trae un coco para que se lo tire, le tiro el coco, vuelve, se reboza en la arena, parece una croqueta. Venga otra vez, al agua, el coco ¡Dios, no tiene fin!
Jaime me ha dicho que andando hacia la izquierda está el pueblo de RIO MAR que es el más cercano, antes de andar miro hacia atrás y ya todos los accesos a la playa me parecen iguales, me imagino que Socio sabrá volver.... Por si acaso vuelvo hacia el acceso que creo que es el mío, vuelvo a entrar a la urbanización y hago una foto, la urbanización se llama CONDOMINIO RECANTO DAS PEROLAS... ahí queda eso.
Vamos caminando por la playa hacia Río Mar, es alucinante ver un sitio tan bonito y ¡sin gente! ¡una paz! hasta con Socio, que no para de jugar, hay paz. La primera vez que fui a Costa Rica fue en el 98. Fuimos mi amiga Raquel y yo, nos alquilamos un 4x4 y fuimos recorriendo el país, al llegar a Playa Conchal nos pasó lo mismo, llegamos a la playa, pusimos los pareos en la arena ¡no había nadie! y de pronto un chico se nos acerca y se nos sienta al lado, no habla, solo se ha sentado (kilómetros y kilómetros de playa sin nadie) nos sentimos un poco invadidas y claro, nos ponemos a hablar con él, nos dice que tiene 12 años, le preguntamos que por qué no está en el cole, dice que el cole acaba pronto y por eso se ha venido a la playa (a nosotras nos da la sensación de que está haciendo pellas) Le decimos que en España las playas están llenas de gente, que casi no tienes sitio para sentarte de la cantidad de gente que hay (acordándonos de la costa Mediterránea) y nos dice ¡Pura Vida! ¡Qué suerte! aquí nunca hay nadie. Jajajaja.
Sigo mi camino con Socio y ya se ven unas barquitas fondeadas, algunas casas sueltas, una colada tendida, busco un chiringuito para tomarme un café, veo algunas casas con pinta de chiringuito pero cerrados no se si porque es pronto o porque no es temporada, un ¡corazón pintado en la arena! y ¡por fin, vida humana! un pescador.
¡Encuentro uno abierto! entro y pido un café, está reformado, es más modernillo, con unas cristaleras en lugar del muro clásico. Me dicen si quiero comer, les digo que ahora no pero que hasta que hora está abierto, me dicen que hasta las 16h, son las 12h, echo un vistazo a la carta ¡pescado, qué rico! les digo que volveré más tarde (ya sin Socio) Me ponen el cafetito y un cuenco con agua para Socio, no tienen wifi. Podría decir que ni falta que me hace, y es cierto pero porque la tengo en casa y la necesito para trabajar pero en este momento ¡qué felicidad!
Cuando entro a pagar me dicen que me lo cobran luego cuando vuelva a comer, nos miramos y nos sonreímos ¡jajajaja! ¡qué listos! ¡muy bien, me parece buen trato! ¡les digo que ok!
Vuelvo a casa sin problema, encuentro bien la salida de RECANTO DAS PEROLAS
Y al llegar a casa Tata y Calcetas nos reciben contentísimos. Socio feliz por el paseo. Yo me conecto un rato a trabajar y después hamaca y libro.
Ya va siendo hora de comer y vuelvo al pueblito, esta vez sin Socio y esta vez voy por la carretera general en lugar de ir por la playa. Por el camino veo más cabinas psicodélicas modelo 'La naranja mecánica'
Al llegar al pueblito bajo ya por una de las calles que creo que irá a dar más o menos a la altura del restaurante de esta mañana y me cruzo con niños y adultos que van en bici de un lado a otro
Me meto por la calle del restaurante y veo al fondo en la esquina dos señoras vestidas de baianas, me acerco y les das unas monedas para un santo y ellas te dan ¡palomitas de maíz! ¡qué ricas, con lo que me gustan! Las llaman PIPOCAS Me voy al restaurante y les saludo sonrientes, les pido un pescadito y mientras lo preparan (ya puedo imaginarme que llevará su tiempo) me tomo una cervecita acompañada de pipocas.
¡Y llega el pescado! ¡mi madre! con esto ya ni ceno ¡qué pintona! buenísimo
Me tomo otro café y cuando voy a pagar al café de esta mañana y al de ahora ¡me invitan! ¡sí, señor, buen sitio!
De vuelta observo algunas calles del pueblo que están decoradas como de fiesta
Alguna casa peculiar, alicatada hasta el techo:
El supermercado, donde compro aprovecho y compro algo de fruta:
Los burros que no falten y ya, anocheciendo, el río que da nombre al pueblo.
Continúa: Brasil 3: Itaparica
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Brasil 1: Llegando a la isla de Itaparica
Rebeca es dulce, simpática, fuerte y tierna a la vez. Morena de pelo largo. Reparto los regalos y sacamos unas cervezas y el queso para celebrar mi llegada. Me dicen que son de Santander ¡qué casualidad! les digo que mi profesora de flamenco de Tenerife es de Santander, fue bailarina del ballet de Antonio Gades y me dice Rebeca ¡Yolanda! y le digo ¡siiiiiiiii! qué bueno ¡el mundo es un pañuelo! Nos quedamos hablando de ésto y lo otro y lo de más allá y nos dan las 3am (yo hace más de 24h que no duermo pero estoy tan a gusto que me da igual)
Mañana se van a ir a trabajar y me dejan en casa, tengo wifi y me dicen que si quiero puedo llevarme a Socio de paseo por la playa, que es un perro muy educado y que me va a hacer caso todo el rato. A Tata me la han presentado oficialmente y le han dicho que soy de la familia, parece que lo ha entendido y yo, que me encantan los animales, empiezo ya a establecer una buena relación con toda la tropa. Se respira paz y respeto en la casa. También hay un par de gatos, uno un poco más sociable, el otro muy miedoso. Me dicen que tienen también 3 tortugas, que ya me las irán presentando, y gallinas, y que hay una familia de monos que pasa de vez en cuando a visitarlos. La casa, de dos plantas, tiene un jardín en la parte de delante y un terreno bastante grande en la parte de atrás, donde está el gallinero. La rodea un porche y me dicen dónde está la hamaca para mecerme si me apetece mañana. Entre unos temas y otros sale el tema de MOVEMBER, yo no había oido hablar de eso jamás.
MOVEMBER (contracción en inglés de Moustache bigote y November noviembre) es un evento anual en el que los varones dejan crecer su bigote durante el mes de noviembre y se organizan encuentros con la intención de concienciar sobre temas de salud del hombre tales como cáncer de próstata, cáncer de testículo, depresión masculina y similares y recaudar dinero para ayudar en cada país a una o más instituciones dedicadas a luchar contra dichos problemas de la salud masculina. +info.
Pues Jaime me cuenta que fue uno de los pioneros del movimiento, que nosotras las mujeres somos más reivindicativas, y nos preocupamos más de nuestros temas de salud y luchamos y no nos da vergüenza decir que nos duele ésto o lo otro pero que ellos son más de: no me pasa nada..
—Pero papá ¿viste sangre en tu orina? ¿desde cuándo?
—No, no es nada, ya hace un tiempo
—Pero un tiempo ¿cuánto?
—Bueno, como un año
—¡un año! y ¿no dices nada? ¿y solo en la orina?
—Bueno, a veces cuando hago caca...
Así que un grupo de amigos, con conversaciones con sus padres y/o amigos parecidas a éstas, se empieza a preocupar y deciden realizar eventos anuales para recaudar dinero para investigación en enfermedades masculinas, y para darse a conocer y llamar la atención ¡qué mejor que un bigote! y se crea MOVEMBER así que si en noviembre ves más bigotudos de la cuenta... ya sabes por qué es. Si quieres participar en alguno de los eventos aquí tienes la info.
Duermo en una cama con mosquitera, aún así me rocío con mi spray antimosquitos marca GOIBI XTREM comprado en España y que tan buenos resultados me da (parece un anuncio pero es que por el momento es el único que logra mantenerlos a raya).
Por la mañana coincido con Rebeca y Jaime antes de irse y me dicen cómo dar de comer a 'Calcetas', sacamos las gallinas y me explican cómo volverlas a meter, me dejan una bolsita con grano para 'engañarlas' y que vuelvan todas. Me quedo sola con el wifi, desayuno, trabajo un ratito, me tumbo en la hamaca, juego con los perros y de pronto oigo un alboroto ¡las puñeteras gallinas han abierto la bolsa con el grano y se lo están zampando! ¡se acabó! PITAS PITAS ¡al gallinero por listas!
La casa a la luz del día se ve luminosa, de techos altos, encalada y con puertas y ventanas de madera, y unas vidrieras de colores que la alegran, suelo rústico y mucha paz.
—¡Socio, nos vamos de paseo! Y a Socio le entra una emoción que te derrites solo de ver lo contento que se pone.
Tata sabe que se queda, la responsabilidad de cuidar de la casa recae sobre sus lomos y ella nos mira muy digna y se da media vuelta.
Salimos andando por el camino de tierra hacia la carretera general. Aquí Socio se para a esperar mi señal ¡pero qué bien educado está! Miro a un lado, miro al otro ¡Vamos Socio! y cruzamos hacia el lado del mar. Un burro atado a una cabina de teléfono en la entrada de la urbanización que tenemos que atravesar para llegar a la playa. La cabina me hace mucha gracia, parece un secador de pelo de peluquería o una silla de diseño puesta al revés, me recuerda a la estética de la película 'La naranja mecánica' (las conexiones que hace la mente...)
ESPECTACULAR la playa, no hay nadie. Socio se va corriendo al agua, me trae un coco para que se lo tire, le tiro el coco, vuelve, se reboza en la arena, parece una croqueta. Venga otra vez, al agua, el coco ¡Dios, no tiene fin!
Jaime me ha dicho que andando hacia la izquierda está el pueblo de RIO MAR que es el más cercano, antes de andar miro hacia atrás y ya todos los accesos a la playa me parecen iguales, me imagino que Socio sabrá volver.... Por si acaso vuelvo hacia el acceso que creo que es el mío, vuelvo a entrar a la urbanización y hago una foto, la urbanización se llama CONDOMINIO RECANTO DAS PEROLAS... ahí queda eso.
Vamos caminando por la playa hacia Río Mar, es alucinante ver un sitio tan bonito y ¡sin gente! ¡una paz! hasta con Socio, que no para de jugar, hay paz. La primera vez que fui a Costa Rica fue en el 98. Fuimos mi amiga Raquel y yo, nos alquilamos un 4x4 y fuimos recorriendo el país, al llegar a Playa Conchal nos pasó lo mismo, llegamos a la playa, pusimos los pareos en la arena ¡no había nadie! y de pronto un chico se nos acerca y se nos sienta al lado, no habla, solo se ha sentado (kilómetros y kilómetros de playa sin nadie) nos sentimos un poco invadidas y claro, nos ponemos a hablar con él, nos dice que tiene 12 años, le preguntamos que por qué no está en el cole, dice que el cole acaba pronto y por eso se ha venido a la playa (a nosotras nos da la sensación de que está haciendo pellas) Le decimos que en España las playas están llenas de gente, que casi no tienes sitio para sentarte de la cantidad de gente que hay (acordándonos de la costa Mediterránea) y nos dice ¡Pura Vida! ¡Qué suerte! aquí nunca hay nadie. Jajajaja.
Sigo mi camino con Socio y ya se ven unas barquitas fondeadas, algunas casas sueltas, una colada tendida, busco un chiringuito para tomarme un café, veo algunas casas con pinta de chiringuito pero cerrados no se si porque es pronto o porque no es temporada, un ¡corazón pintado en la arena! y ¡por fin, vida humana! un pescador.
¡Encuentro uno abierto! entro y pido un café, está reformado, es más modernillo, con unas cristaleras en lugar del muro clásico. Me dicen si quiero comer, les digo que ahora no pero que hasta que hora está abierto, me dicen que hasta las 16h, son las 12h, echo un vistazo a la carta ¡pescado, qué rico! les digo que volveré más tarde (ya sin Socio) Me ponen el cafetito y un cuenco con agua para Socio, no tienen wifi. Podría decir que ni falta que me hace, y es cierto pero porque la tengo en casa y la necesito para trabajar pero en este momento ¡qué felicidad!
Cuando entro a pagar me dicen que me lo cobran luego cuando vuelva a comer, nos miramos y nos sonreímos ¡jajajaja! ¡qué listos! ¡muy bien, me parece buen trato! ¡les digo que ok!
Vuelvo a casa sin problema, encuentro bien la salida de RECANTO DAS PEROLAS
Y al llegar a casa Tata y Calcetas nos reciben contentísimos. Socio feliz por el paseo. Yo me conecto un rato a trabajar y después hamaca y libro.
Ya va siendo hora de comer y vuelvo al pueblito, esta vez sin Socio y esta vez voy por la carretera general en lugar de ir por la playa. Por el camino veo más cabinas psicodélicas modelo 'La naranja mecánica'
Al llegar al pueblito bajo ya por una de las calles que creo que irá a dar más o menos a la altura del restaurante de esta mañana y me cruzo con niños y adultos que van en bici de un lado a otro
La escuela |
La posada |
El restaurante y las baianas al fondo |
¡Y llega el pescado! ¡mi madre! con esto ya ni ceno ¡qué pintona! buenísimo
Me tomo otro café y cuando voy a pagar al café de esta mañana y al de ahora ¡me invitan! ¡sí, señor, buen sitio!
De vuelta observo algunas calles del pueblo que están decoradas como de fiesta
Alguna casa peculiar, alicatada hasta el techo:
El supermercado, donde compro aprovecho y compro algo de fruta:
Los burros que no falten y ya, anocheciendo, el río que da nombre al pueblo.
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