INTERNATIONAL BODY MUSIC FESTIVAL (IBMF). Este año 2018 se celebra en GHANA del 6 al 16 de julio. ¡10 días de intercambio cultural! Me inscribo en marzo y compro el billete más barato que encuentro con TAP AIR PORTUGAL Madrid - Lisboa y Lisboa - Accra llegando a Accra el día seis por la noche.
En abril una de las organizadoras me envía un mail con una carta de invitación de Kofi Gbolonyo, nuestro anfitrión local, porque en la embajada de GHANA la voy a necesitar para solicitar el visado, también me dice que el transfer de ACCRA a DZODZE, que es donde el festival tendrá lugar, sale del aeropuerto de ACCRA el día seis a las 13h ¡pero yo llego a las nueve y media de la noche a Accra! Me dice que entonces me tengo que quedar en un hotel en ACCRA e ir al día siguiente, que tendré que pagar la noche de hotel y el transfer... que ellos me lo organizan todo. Bueno... La verdad que en Bali Yolanda y yo llegamos tardísimo y allí nos fueron a buscar pero parece que en Ghana lo del transfer es más complicado.
Entro en la web de la embajada de GHANA en España y relleno un formulario, lo envío y me devuelven un email con un número de referencia pero a la hora de ir a la plataforma de pago da error constantemente, llamo por teléfono, no me lo cogen nunca, envío mails, no me contestan nunca... Como en mayo voy a La Habana y paso por Madrid me dejo una mañana a la vuelta para ir a la embajada, ya que la única dirección que aparece es la de Madrid.
A mediados de abril me escribe Evie, una de las organizadoras del IBMF de EEUU y me dice que hay una española interesada en asistir, Helena, pero que no habla inglés, y que si, por favor, puedo ponerme en contacto con ella y contestar a sus preguntas, ya que yo he asistido otras veces. ¡Claaaaro! Llamo a Helena, simpatiquísima, de Huelva que vive en Sevilla, percusionista, profesora de música de niños, bueno, divertidísima, le digo que se lea mi diario de Bali, que esto va a ser muy parecido. Al día siguiente me dice que ya se lo ha leído y que se viene pero que le preocupa si va a llegar a tiempo a lo del visado, le digo que como yo voy a ir físicamente a la embajada que les pregunto.
Llamo al 012 para enterarme de qué vacunas me tengo que poner para ir a GHANA, me dicen que llame al 922 999210 que es el número de sanidad del Centro de Vacunación Internacional en Tenerife y me dan cita para ir a la Rambla de santa cruz 169. Allí me pongo al día con la fiebre amarilla, la hepatitis y la fiebre tifoidea y me dan la receta para las pastillas de la malaria. Hay un par de pósters graciosos advirtiendo de lo peligroso que es hacer de mula cuando viajas al extranjero.
Si llevas droga encima... ...en la aduana te hacen la ola y los perros se dejan acariciar. |
Si llevas droga encima... ...en el avión te cocinan langosta y el comandante te deja pilotar. |
De vuelta de la Habana voy a la embajada, subo en el ascensor hasta el 3º de la antigua calle Capitán Haya, que ahora se llama Poeta Joan Maragall y llamo al timbre, cuando me abren es poner un pie dentro de la embajada, en la zona de recepción, y tener la sensación de que el tiempo se para, nos movemos todos a cáaaaaamaraaaa lentaaaaaa, muuuuyyy despacitooooooo. Le digo que estoy aquí para el visado, que tengo la carta de invitación y la foto de fotomatón que piden y el mail de confirmación pero que no he podido pagar y me dice que sí, que es correcto todo, que pase y me siente. Abre una puerta y entro en la embajada propiamente dicha: un espacio diáfano dividido por separadores de oficina de plástico color crema y ventanitas de cristal formando cubículos, al fondo una zona con unos sofás negros de polipiel donde hay más personas esperando. Siguen llegando y ya no hay sitio para sentarse, así que se quedan de pie. Empezamos a hablar entre nosotros: todos hemos entrado en la web, todos tenemos el número del mail, todos hemos rellenado el impreso, todos hemos traído la foto, ninguno hemos podido pagar la tasa por la web, a ninguno nos han contestado al teléfono ni a los mails. Uno dice que el pasaporte se lo quedan y en unas semanas puedes recogerlo ¡menos mal que lo he hecho a la vuelta de La Habana! Llevamos ya cuarenta y cinco minutos esperando y mi vuelo de vuelta a Tenerife sale dentro de tres horas.... Unos van de voluntarios a una ONG, otros de trabajo, otro a unas conferencias...
De pronto, como por arte de magia, empiezan a llamarnos y vamos entrando a varios despachos a la vez, en menos de diez minutos nos han llamado a cuatro personas, es como si nos hubieran metido en la máquina aceleradora del tiempo, pero solo dura un rato, en el despacho la persona que me atiende ya lo hace a velocidad de tortuga, me pide, además, la copia del pasaporte de Kofi Gbolonyo ¡¡socorro!! rápidamente escribo un mail a mi contacto y se lo pido, por suerte me contesta inmediatamente y me lo manda, le reenvío el mail a la persona que me atiende (que me dice que Kofi debe ser pariente suyo porque él se apellida igual) y cuando le digo que acabo de llegar de La Habana me dice que él vivió diez años en La Habana, y que por eso habla bien español, total que le mando el mail y más o menos le llega rápido pero desde que él lo abre y lo manda a la impresora hasta que sale por la puñetera máquina... pasan unos veeeeeeinte laaaaargoooos minutos (igual fueron cinco, pero se me hicieron eternos), con visita del técnico informático incluida... desesperante. Por fin ya lo tiene todo y le pregunto cómo puede hacer mi amiga de Sevilla para gestionar el visado, que ella no puede venir y que yo puedo pasar a recogerlos el cinco de julio (ojo que volamos el seis), me dice que mande el pasaporte, la documentación y el dinero por mensajería y que el cinco puedo recoger yo los dos, así que se lo comento a Helena y ella se saca los mismos vuelos que yo, sabiendo que tendremos que hacer noche en Accra por nuestra cuenta, pero dice que ella conmigo todo el rato. ¡Fenomenal!
Reviso mi post de recomendaciones para viajar a Asia ya que para África las recomendaciones valen igual (debería cambiar el título del post) y me empiezo a tomar probióticos un par de semanas antes.
Llego a Madrid dos días antes de salir para Ghana y el jueves cinco de julio voy a la embajada a recoger los pasaportes, el mío lo encuentran rápidamente, el de Helena.... me tiro DOS HORAS con la de recepción, ahora la moda es que para entrar dentro ¡TE CONFISCAN EL MOVIL! te lo recogen y te lo devuelven a la salida... yo, como no paso de recepción, no tengo que entregarlo. En un momento dado me pongo a organizarle la cola porque no avanzamos, claro, principios de julio, la gente se va a Ghana en verano los de las ONG, hay mucha gente para recoger pasaportes, otros para entregar documentación... cuando veo pasar al que me atendió pido hablar con él, se acerca a la ventanilla, le hablo de 'su primo' Kofi, de que estuve en la Habana, de mi amiga Helena... de pronto se le enciende una luz y ¡¡LO ENCUENTRA ENCIMA DE SU MESA!! ¡menos mal!
El viernes seis de julio ¡por fin! nos encontramos en Barajas Helena y yo ¡Qué guapa! ¡Tiene unos ojazos preciosos! y simpatiquísima también en persona. Desde el primer momento empezamos a reírnos con las mismas tonterías, una risa sincera ¡menos mal! vamos a estar juntas once días casi casi las veinticuatro horas, al más mínimo mal rollo puede ser un viaje horroroso, pero la cosa pinta bien.
En la escala en Lisboa me acuerdo de Mavi y Carolina (sinTIno) que en febrero estuvimos aquí en el Samba Meets Jazz, una semana de talleres organizados por el contrabajsta brasileño afincado en Nueva York, Nilsson Mata ¡Qué bien lo pasamos! (Lisboa: algunas recomendaciones)
Aeropuerto de Lisboa |
Por fin cogemos el avión a Accra pero cuando el comandante habla le oigo que dice que hará una parada en Lomé, Togo, para dejar y coger viajeros y que los que seguimos a Accra que no nos movamos. Se lo digo a Helena y la chica que tenemos detrás nos dice
— ¿Sois españolas?
— Sí ¿tú también?
— Soy Alba, vivo en Togo, es raro oír hablar español por aquí ¡qué bueno escucharos!
Nos cuenta que es profesora en un colegio, que lleva ya tres años en Togo, que se casó con un togolés pero que le es imposible tramitar el visado de su marido para que vaya a España ni de vacaciones, que en España somos muy duros para los visados. —Pues para entrar en Ghana el visado también es una movida, necesitas invitación —respondo. Nos cuenta que en cuanto a religión hay musulmanes, cristianos y animistas, que existe la poligamia en los hombres pero que cuando se casan eligen si son monógamos o no y lo firman, y que su marido eligió monógamo, que Accra es súper moderna, que ella para ir a Accra tiene que tramitar también un visado complicadísimo, que la fiebre amarilla tampoco es para tanto, que te da fiebre y te da mala leche... pero luego es como una gripe que se te pasa a los cuatro o cinco días.... Llega su parada y nos deseamos suerte mutuamente.
La guagua vuelve al aire y ¡aterrizamos en ACCRA! Llevamos en la mano el pasaporte, la tarjeta amarilla de las vacunas y una tarjeta blanca que hemos rellenado en el avión, pasamos por un control en el que una encargada de retirar la tarjeta blanca nos mira con cara de mala leche y nos recoge la tarjeta blanca que nos quita de un manotazo, chasca los dedos y nos hace un gesto con la cara para que continuemos (igual tiene la fiebre amarilla) a Helena y a mí nos da la risa y nos dedicamos a chascar los dedos y a mover la cabeza indicándonos la una a la otra poniendo cara de mala leche que por aquí sí y por aquí no... jajajaja.
Helena facturó maleta porque pretende comprar instrumentos y llevarlos de vuelta, el año pasado vino a Senegal y se llevó de vuelta de todo, me cuenta, así que nos quedamos esperando la maleta en la cinta, es tarde, ya las diez y media de la noche de Ghana, y de pronto Helena me da un codazo y me señala a un par de guardias completamente dormidos tumbados en las cintas de las maletas, jajaja, nos da la risa otra vez.
Nos han recomendado que cambiemos dinero en el aeropuerto así que vamos a la casa de cambio, hacemos cola, y por cien euros nos dan un fajo de billetes que parecemos el Tío Gilito.
Fuera nos están esperando con un cartel.
El chico que nos está esperando se llama Promise, el pobre está medio dormido, como los guardias del aeropuerto, y el conductor de la furgonetilla se llama Thomson. Tienen música buenísima en el coche, una banda local que se llama Abisibay Band nos dicen.
Es de noche y no se ve mucho de la ciudad pero sí se ven avenidas y calles grandes, nos dejan en el hotel, que está en una zona de casas más bajas y quedamos en que nos recogen a las seis de la mañana.
En nuestra habitación hay dos camas gigantes ¡buen comienzo! Nos damos una duchita y ¡a dormir! Ya el resto de participantes, organizadores y artistas del festival está en Dzozde ¡Qué emoción!
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